Es fácil que una película tan bonita como Julie and Julia se me haya escapado entre tantas que estuvieron en cartelera. Lamentable porque la buena comida, o el buen comer, es una parte importante en mi vida. Terminé hambrienta después de verla, pensando en qué nuevas recetas debo probar y lo afortunada que soy (como Julie y Julia) en tener a alguien tan tremendamente especial a mi lado mientras persigo mi visión.
Precisamente es mi marido quien me preguntó cómo relaciono las experiencias de Julie y Julia con la Visión Estratégica. Apoyándome en el artículo de Henry Mintzberg sobre Planeación Estratégica, me queda claro que no se trata de definir un plan con calendario detallado de actividades que no vamos a cumplir porque siempre hay imprevistos, sino de perseguir un sueño con los pies en la tierra. Cuando uno sabe a dónde quiere llegar, no importa el camino que se siga. Uno tiene que trabajar duro y sobrepasar obstáculos para conseguir lo que perseguimos.
A Julia le quedaba muy claro que lo que más disfrutaba era comer. Julie tenía claro que su escape al final del día era llegar a su casa a cocinar. Ambas viven una transformación al darse cuenta que deben vencer retos y que no siempre las cosas resultan como uno las planea. Julia Child no siempre fue Julia Child, Google no siempre fue Google, Dennis Ritchie no siempre fue Dennis Ritchie... La diferencia la genera el tener una visión estratégica bien entendida.
¿Y cuántas horas le dedico a estas tareas? Cinco o tal vez seis... ¡todavía tengo pendientes las tareas para el jueves!
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