Me cuesta trabajo compartirles mi impresión sobre la película Happy-Go-Lucky. Encuentro lamentable cómo esta propuesta de felicidad en lata no solo fue nominada sino que ganó varios premios en Europa y Estados Unidos.
Más que feliz, "Poppy" me parece un tanto bobita rayando en la estupidez. Salvo un par de ocasiones en los que actua conforme a la situación (ayudando al niño agresivo a encontrar la raiz de su problema y enfrentando al amargado, y también bastante agresivo, instructor de manejo) en general me parece una persona que no está conectada con la realidad. ¿Entrar a una librería y pretender que el dependiente le siga sus sonrisitas y comentarios ligeros?
Creo que la felicidad no consiste en andar saludando a todos por la calle, o en entablar conversaciones de lo bonito que está el día con todas las personas, y menos en reirse de todo al punto que parece que se burla de los demás.
La felicidad es un estado de ánimo que si bien viene de nuestro
interior, se ve reforzado con las relaciones ganar-ganar con las
personas que queremos y por nuestros logros. Uno puede ser muy feliz sin
estar carcajeándose. La felicidad está en el espíritu, no en asegurar
que todos se den cuenta de la linda dentadura que tenemos.
¡Happy-Go-Lucky me hizo infeliz durante dos horas!
Para colmo de males arrastré a mi marido a verla y también él terminó aburridísimo. Me va a costar más trabajo convencerlo de ver más películas para la clase después de esta.
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